
El autor local tuvo tiempo para mostrar su agradecimiento y también para tirar de corporativismo, realizar una reivindicación y dar un tirón de orejas a más de uno. Clemente utilizó lápices de colores para realizar esta obra, rememorando así sus comienzos.
El acto, cuarto que se celebra desde que el cartel pasó a ser pictórico en vez de fotográfico, finalizó con la interpretaron de dos saetas.
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